El eremita es
una persona que elige profesar una vida solitaria y ascética, sin contacto con
la sociedad, cuidando una pequeña capilla o ermita, denominada eremitorio.
Por toda la
península ibérica, encontramos restos de iglesias rupestres de la alta edad
media.
Si el
eremitismo lo asociamos al fenómeno de la primera cristianización de Hispania,
podemos empezar a datar estas construcciones religiosas a partir del siglo V –
VI.
En el término municipal
de Monzón y concretamente entre el Castillo y la Ermita de la Alegría, nos
encontramos con tres ejemplos de eremitorios realmente sorprendentes.
El primero está
en la falda de Castillo Templario, en su cara sur. Es una cueva rectangular, con
un único habitáculo, en el que se observan cuatro entalladuras más profundas en
sus paredes y que algunos expertos consideran que en su día pudieron ser altares.
El segundo lo
encontramos junto a la Fuente del Saso. Consta de puerta de entrada orientada
al oeste. Tiene dos pequeñas estancias, con un banco tallado en la piedra, dos
ventanas y un agujero en el techo para la salida de humo.
Y el tercero
está ubicado en el Paraje de las Loberas, dirección a la Ermita de la Alegría. Tiene una
sola habitación pero destaca en la puerta de entrada una hornacina y una
preciosa cruz paté.
De ninguno de
los tres eremitorios existe documentación, que nos pueda arrojar luz sobre
nuestras hipótesis. Además, todo indica que con el tiempo fueron reutilizados
para otros menesteres y por lo tanto su fisonomía
original ha cambiado bastante.
Las leyendas, la tradición oral y algunos escritores, se han encargado de
asociarlos a bellas y misteriosas historias.
La Arqueopatrulla
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El eremitorio que hay en las faldas del Castillo de Monzón, se le conoce popularmente como la "Iglesieta del Castillo" o la "Cueva del Morrerón". Foto 2019 |
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Visita de Martín y Pelayo a la cueva en 2014 |
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Farid y Daisy en 2015 |
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Duna en 2016 |
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David, Javier y Daniel en 2020 |
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Eremitorio de la Fuente del Saso. Foto 2018 |
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Conocida como la cueva de la Fuente del Saso por estar a escasos cien metros de este manantial.
La leyenda dice que el ermitaño le dijo a Jaime I que si mojaba su espada con agua de la Fuente del Saso, ganaría muchas batallas. Foto 2013
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Cartel informativo de la cueva, que por cierto se encuentra en muy mal estado. Foto 2019 |
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Farid en la parte superior de la cueva con el castillo al fondo. Foto 2013 |
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Desde el mismo lugar de la foto anterior, David, Daniel y Javier durante la última visita en 2020. |
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En esta imagen se aprecia perfectamente la puerta de entrada, a mano izquierda y las dos ventanas circulares. Foto 2019 |
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A los dos lados de la puerta de entrada se observan escaleras talladas para acceder a la parte superior del roquedo. Foto 2019 |
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El agujero del centro corresponde a la salida de humos y en los laterales dos agujeros más pequeños, que podrían ser para colocar un sistema de protección y evitar que entrara el agua los días de lluvia al interior de la cueva. Foto 2019 |
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Javier y David en el interior de la cueva miran por las ventanas. Foto 2020 |
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Detrás de David se observa el banco tallado en la piedra que existe en el interior del eremitorio de la Fuente del Saso. Foto 2020 |
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Detalle del banco tallado. Una pena lo sucio y lleno de pintadas que está este precioso eremitorio. Foto 2019 |
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Muchos detalles en las paredes de su interior. Se pueden observar diversas taquillas, mechinales y entalladuras. Foto 2020 |
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El interior del eremitorio de la Fuente del Saso cuenta con dos habitaciones, cada una con su ventana circular, un banco de piedra y un agujero en el techo para la salida de humos. Foto 2020 |
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En el paraje de las Loberas encontramos el tercer eremitorio, debajo de una gran plataforma de arenisca. Foto 2016 |
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Esta cueva está compuesta por una sola habitación, pero llama la atención junto a la puerta de entrada una hornacina y una preciosa cruz paté. Foto 2016 |
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Santi y David en una visita a la cueva realizada en 2018. |
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Primer plano de la cruz grabada. Foto 2018 |
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Detalle de la hornacina que, perfectamente, se pudo emplear para colocar una imagen votiva o una estatuilla. Foto 2018 |
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David examina con detenimiento todos los detalles que nos ofrece este bonito eremitorio de Las Loberas. Foto 2019 |
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El paraje de las Loberas en Monzón, donde se ubica este tercer eremitorio, es una zona protegida por su interés paisajístico, geológico, arqueológico e histórico. Foto 2015 |


