Durante la Semana Santa 2019, nos juntamos varios días para llevar a cabo un proyecto que desde hacía mucho tiempo
llevábamos en mente, la construcción de un horno de leña para cocer cerámica.
Una vez hicimos acopio del material
necesario: ladrillos refractarios que
nos donó gentilmente la Empresa Guarvi, losas de tapadera, barro, chimenea
metálica, cañas pirométricas de alta temperatura con lector, leña y la
herramienta precisa. Nos dimos cita en
el jardín de Mariano Laguna, (cerebro de esta experiencia), Carlos Español
(ceramista profesional en Barcelona), Jesús Baillet, Pilar Sierra e Isabel
Defior (amig@s y colaboradores), junto
con los miembros de La Arqueopatrulla.
Bajo un diseño experimental sobre papel de Mariano Laguna y después realizado con figuras de lego, fuimos ejecutando fielmente el proyecto, con tres partes fundamentales:
a) Un
hogar para quemar la leña.
b) Una
cámara de cocción para cocer las piezas de arcilla, que previamente habíamos hecho.
c) Una
chimenea para la salida de humo.
Poco a poco el "horno de llama invertida" fue tomando forma,
resolviendo los diversos problemas e inconvenientes, de la mejor manera posible.
Este tipo de horno, se denomina así, de llama invertida, porque fuerza al fuego a salir por la parte baja de la cámara de cocción.
Un día entero nos costó su ejecución,
primero por el costoso trabajo de limpiar los restos de mortero de los ladrillos
reutilizados y después, a causa de los imprevistos que, sobre la marcha, iban apareciendo.
Llegó el momento de introducir las piezas de
cerámica dentro de la cámara de cocción y darle un primer calentón al horno
para comprobar si funcionada.
Con toda la incertidumbre, a última hora de esa
misma tarde, lo encendimos y funcionó perfectamente, la prueba inicial había
sido sumamente positiva. Nos emplazamos todos para la mañana siguiente, con la intención de ponerlo
en marcha y observar qué temperatura podía alcanzar.
Antes de la hora señalada estábamos todos
impacientes para hacer funcionar el horno a su máxima potencia.
Después de varias horas alimentando el hogar con
leña, conseguimos llegar a los 300º en el pirómetro, que marcó poco, porque las cañas debían de estar mal situadas. Realmente se alcanzaron los 700 grados aproximadamente, ya que la mayoría del barro se transformó en cerámica y esto solo es posible a estas temperaturas.
También consideramos que deberíamos mejorar el sellado con mortero especial en toda la ladrillería, la calidad del aislamiento de los ladrillos y el cerramiento de la cámara de cocción.
(Hay tener en cuenta que era una prueba
experimental, para más adelante, si funcionaba, llevarla a cabo de forma definitiva, por lo que, en principio, no se podía hacer una instalación fija con mortero, para después tenerla que
romper, en caso de no funcionar).
La experiencia fue muy positiva, didáctica y
entretenida, las piezas, quedaron perfectamente cocidas.
El horno, sin duda, lo construiremos de forma fija en un futuro no
muy lejano, una vez encontremos el lugar idóneo para instalarlo y hacer uso
cómodamente de él.
Solo nos resta agradecer la colaboración de
Mariano Laguna, que con 30 años de experiencia en el mundo de la cerámica, es
una auténtica personalidad en este campo y que junto a Carlos Español, otro
fuera de serie, hicimos de un proyecto en el que habíamos pasado años cavilando, una realidad imposible para nosotros, sin su ayuda.
La Arqueopatrulla
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Tenemos que empezar el reportaje fotográfico con una primera fase en el verano de 2018, donde realizamos un curso de cerámica, bajo la dirección de Mariano Laguna. |
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Explicación de la forma de conseguir la cerámica adecuada para poder ser manipulada correctamente. |
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Después de sacarle agua hay conseguir la textura precisa |
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Todos atentos a las indicaciones previas del profesor |
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Cada uno ejecutando su pieza bajo la supervisión de Mariano |
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David ultimando su cuenco de cerámica |
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Boceto inicial del horno a ejecutar.
Todas las imágenes que vienen a continuación son de los días de Semana Santa de 2019
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En plano del horno con su partes y medidas |
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Ejecución del horno con piezas del lego |
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Mariano y Santi limpiando los ladrillos reutilizados |
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David y Mariano con la misma tarea que nos llevo varias horas |
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Jesús Baillet, trasladando los ladrillos refractarios al lugar elegido para su construcción |
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Mariano con el replanteo de la obra |
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Jesús y Mariano terminando la base del horno |
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La construcción del horno avanza |
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A Isabel Defior, como a todos, le pica la curiosidad |
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A Santi se le amontona la faena |
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Lizer, un fijo de La Arqueopatrulla, encantado con la obra |
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El horno va tomando forma, el hogar para la leña ya esta acabado |
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Seguimos con la cámara de cocción |
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Carlos Español y sus retoques técnicos, en el horno de llama invertida |
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Avanzamos a buen ritmo, Pilar también sigue con interés la construcción |
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Base de la chimenea terminada |
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Detalle de la cámara de cocción |
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Detalle de la chimenea |
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Mariano, David, Daniel y Carlos, ilusionados con el avance del horno |
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Las manos de Mariano que no descansaron ni un solo momento |
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Lizer se lo pasa en grande con nosotros |
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Trasportando las pesadas losas de cierre entre Carlos, Mariano y David |
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Estamos llegando a su fin. Momento de tapar con losas la cámara de cocción |
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Mariano sellando la chimenea metálica |
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Carlos sellando las aberturas más pronunciadas con barro de alta temperatura. |
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Momento de introducir las piezas en la cámara de cocción, incluida una teja muy significativa del momento |
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Carlos, explica gráficamente a Santi, los problemas con la cocción de cerámica |
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Gran expectación a la hora de colocar las piezas en las entrañas del horno |
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Eligiendo las piezas |
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Todo preparado para cerrar la cámara de cocción con todas las piezas dentro |
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Instalando las cañas pirométricas para conocer en todo momento la temperatura en el interior del horno |
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Todo funciona correctamente |
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Hora de encender la leña del hogar |
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Máxima expectación |
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Todo funciona correctamente. El humo da fe de ello |
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Después de varias horas a pleno funcionamiento |
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Desde el exterior se podía observar, entre los ladrillos sin sellar, el fuego dentro de la cámara de cocción |
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Las cañas pirométricas mandando los datos al lector |
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El lector marca 291, 5º de temperatura |
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Mariano e Isabel en su turno de control de horno funcionando a pleno rendimiento y a punto de terminar la experiencia |
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Una vez apagado el horno y dejándolo enfriar toda la noche, era la hora de abrir la cámara para comprobar la cocción de las piezas. El resultado fue excelente y las piezas cocidas en su punto, como se puede apreciar en la imagen.
Creemos que realmente se llegaron a los 700 grados de temperatura aproximadamente, ya que para que el barro se transforme en cerámica, solo es posible a estas temperaturas. |
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Lizer nos muestra un cuenco que ha quedado perfecto |