En un
promontorio junto al Barranco de Olrriols y a 447 m. de altitud, encontramos las
ruinas de Rocafort, a las que podemos acceder a través de varias pistas, la de
Alcampel, la de San Esteban, o la de Tamarite de Litera.
Los
restos de las viviendas que hoy día podemos observar, están alineados en la
cara sur y llama la atención la altura de las mismas.
Fue un
pueblo agrícola y ganadero, al que nunca llegó ni la luz, ni el agua corriente,
motivo principal por el que, en la década de los 60 sus gentes lo abandonaron.
Reza en
un cartel informativo, instalado en el acceso al pueblo, que la primera fuente
documental en citar a la localidad data de 1234. Aunque es evidente que Rocafort,
“roca fuerte o fortificada para la defensa”, es un topónimo, que unido a los
vestigios que aparecen por la zona, dejan claro que tuvo que haber un poblado
primitivo asentado en esa colina.
En un censo del siglo XX consta que el número de casas fue disminuyendo hasta ocho, conocidas
como: Casa Pepet, Balliste, Trillo, Bardaixi, Mallos, Simón, Coll y Boixet.
Destaca
una bonita iglesia, aislada de las casas del pueblo y que apenas se mantiene en
pie, construida en el siglo XVII–XVIII en honor a San Miguel, de estilo
barroco. Tiene una amplia nave, ábside plano, espadaña de dos ojos y cuatro
capillas.
En
resumen, un bonito pueblo y bien organizado que celebraba sus Fiestas
Patronales en honor a San Miguel, el
cartero venía dos veces por semana con su bici desde Tamarite, el cura con su moto llegaba, si el tiempo lo permitía, a celebrar misa todos los domingos, el
médico accedía en taxi desde Alcampel y solo de urgencia, la maestra pernoctaba
en el pueblo para dar clase a los 6 niños que iban al colegio. Además hasta comentan,
que hubo una taberna en casa Simonet, un horno comunal y que en cada casa se
enteraban de las noticias del mundo a través de su aparato de radio.
Queremos terminar con un texto de Rosa María Lencero de Viudas
"...tras ese recodo del barranco que nos lleva al ignoto reino del olvido, la joya antigua de adobe se deja admirar solitaria. Sólo susurra el silencio al ritmo plácido de la vida: trinos de pájaros en primavera enamorada. Se escucha a lo lejos otro silencio, ese de las bocas que al irse se van cerrando en mutismo de recuerdos. Pero ahora no importa el porqué de callarse las risas y las voces..."
La Arqueopatrulla
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Rocafort, es un pequeño pueblo deshabitado que se encuentra en la Comarca de La Litera, provincia de Huesca. Todas las fotos han sido realizadas en varias excursiones en 2022 |
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Imagen de la localidad tomada desde la Ermita |
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La Ermita de la Virgen de la Guardia fue restaurada en 1992 y algunos vecinos se citan en el mes de abril para seguir celebrando la tradicional romería |
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Pilar observa el estado ruinoso actual del pueblo. Al fondo se ve la Ermita, único edificio de la localidad que se mantiene en pie |
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Llama la atención la altura de las casas |
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Javi, David, Santi, Lizer y Daniel en nuestra última visita |
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Dar un paseo por el pueblo y contemplar el estado de todas las casas es realmente desolador |
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La cerámica que utilizaron los moradores de este pueblo en su vida cotidiana, aparece por todos los rincones |
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Y la vegetación, poco a poco, se apodera de las calles y las casas |
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Incluso el cementerio se encuentra en lamentable estado |
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Nos llama la atención la Iglesia en honor a San Miguel, que es de grandes dimensiones para un pueblo tan pequeño |
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Daniel, David, Lizer, Santi y Javier en la puerta de entrada al templo |
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Pilar, junto a un litonero que en sintonía con el resto del pueblo, también se encuentra en la últimas |
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Parte de la cabecera |
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La entrada a la Iglesia de San Miguel |
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Entre los restos de Rocafort, parece que sólo los litoneros han encontrado un lugar para quedarse por mucho tiempo |