El poblado rupícola de el Almerge está ubicado a unos 5 Km al noroeste de Laluenga, en un pequeño promontorio en la orilla derecha de la Clamor.
Del yacimiento arqueológico del despoblado medieval, se observan diferentes elementos constructivos como: estancias, silos y cias, arranque de muros, mechinales, escaleras y otros entalles en la roca, pero destaca de forma especial, parte del ábside semicircular de la iglesia románica, que estaba situada en la zona sureste del poblado y construida con gruesos muros, con sus vanos, pilastras y capiteles decorados.
A. García Omedes, (Guia Digital del Arte Románico), lo describe de la siguiente manera:
"Del templo original, orientado con
ligera desviación al norte, tan solo quedan en pie cilindro absidal,
presbiterio y un poco del arranque de la nave. Las bóvedas han caído; pero se
adivina que estuvo abovedado en piedra, tanto por el arranque de las mismas como
por los contrafuertes destinados a contrarrestar su empuje. Coronan el cilindro
absidal en el lado norte del exterior una serie de canecillos lisos.
El templo se edificó con buena piedra
sillar de arenisca, bien escuadrada y ajustada en la que se identifican algunas
marcas de cantería, Destaca una "A" muy elaborada que se repite en
numerosas ocasiones. También una "M" y un triángulo.
El presbiterio se señala al exterior
por medio de dos contrafuertes que enmarcan una ventana de medio punto
rehundida y aspillerada con sencilla decoración de bocel orlando la aspillera.
El interior de la cabecera destacando
la profusión de sillares procedentes del derrumbe del edificio así como el
considerable espesor de sus muros destinados a contrarrestar el empuje de la desaparecida
bóveda. Centra el cilindro absidal un ventanal aspillerado rehundido al
exterior y derramado al interior. La unión de paramento vertical y bóveda se
señala por medio de imposta de sencilla hechura que se prolonga por el
presbiterio a la altura de los cimacios de los capiteles.
Cerca de la articulación entre
presbiterio y nave existen sendas semicolumnas adosadas al mismo que en altura
se rematan por medio de capitel de cesta lisa con la única decoración de una concha en cada una de sus dos esquinas libres. Motivo jacobeo muy similar
al visto en la sala anexa a la parroquial de El Tormillo con la que
probablemente compartió autoría y cronología este templo. Iglesia datable en el
XII avanzado o principio del XIII de probable adscripción templaria.
En la zona del entorno del templo
pueden encontrase restos de arranque de muros con sillares ligados por
argamasa, restos de silos, escaleras talladas en alguna elevada roca , todo ello en relación con el desaparecido poblado del que este templo fue
parroquial y que asentó sobre otro previo de probable filiación ibero-romana”.
Para terminar lo haremos con un
comentario que nos llamó la atención, de José Luís Aramendía, (gran experto del
románico aragonés): “Es absolutamente necesario para apreciar la austera
belleza del arte románico, contemplarlo con el alma más que con los sentidos
corporales, ya que fue un movimiento que no buscaba la belleza y voluptuosidad
sino un llamamiento a las conciencias”.
La Arqueopatrulla
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Las entalladuras aparecen por todos los rincones del poblado |
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Entalladura con forma rectangular |
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Dos entalladuras paralelas en lo alto de un afloramiento rocoso |
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David accede a una cia rectangular para comprobar su tamaño |
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Muchas de las cias están llenas de maleza, como es este caso, en cuyo interior nace un litonero |
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Bonito aljibe cuadrangular perfectamente conservado |
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Santi dentro de una posible habitación, en la que se conservan dos muros con sus correspondiente mechinales para insertar los maderos |
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Existen varias paredes en las que se aprecian mechinales |
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Detalle de un muro tallado |
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Preciosa cruz templaria |
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La anterior cruz templaria, fue objeto de mediciones y comprobaciones ya que llamó la atención a los dos grupos que coincidimos ese día en el poblado rupícola de el Almerge |
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Arranque de muros de una dependencia del poblado |
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En la parte más alta del poblado existen unas rocas de arenisca y talladas en ellas unas escaleras para acceder a lo que podría ser un altar o lugar de culto |
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Detalle de las escaleras talladas en la roca |
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Daniel, Eugenio Monesma, David y Santi.
Siempre es un placer compartir experiencias con Monesma, ya que sus aportaciones resultan enriquecedoras para nuestro grupo
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Santi contempla ensimismado la ventana de medio punto rehundida y aspillerada que existe en ábside |
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Curiosa la imagen de una concha de peregrino que sirve como decoración de uno de los capiteles |
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Santi junto el vano absidal |
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Fantástica imagen del ábside construido sobre un afloramiento rocoso |
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Entre otras inscripciones se observan las letras N R, pero no sabemos si son de época, o de cualquier otra persona que las realizó posteriormente |
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Interesantes las aportaciones y la forma de interpretar el secreto de las piedras de Eugenio Monesma |
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En el interior de la cabecera se pueden observar los sillares y el grosor del muro |
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Daniel, Santi y David |
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Fabuloso el ábside de la iglesia románica que se mantiene en pie, de probable adscripción templaria, construido con sillares de arenisca bien escuadrados y ajustados |