domingo, 19 de julio de 2020

EREMITORIOS (Monzón)


El eremita es una persona que elige profesar una vida solitaria y ascética, sin contacto con la sociedad, cuidando una pequeña capilla o ermita, denominada eremitorio.

Por toda la península ibérica, encontramos restos de iglesias rupestres de la alta edad media.

Si el eremitismo lo asociamos al fenómeno de la primera cristianización de Hispania, podemos empezar a datar estas construcciones religiosas a partir del siglo V – VI.

En el término municipal de Monzón y concretamente entre el Castillo y la Ermita de la Alegría, nos encontramos con tres ejemplos de eremitorios realmente sorprendentes.

El primero está en la falda de Castillo Templario, en su cara sur. Es una cueva rectangular, con un único habitáculo, en el que se observan cuatro entalladuras más profundas en sus paredes y que algunos expertos consideran que en su día pudieron ser altares.

El segundo lo encontramos junto a la Fuente del Saso. Consta de puerta de entrada orientada al oeste. Tiene dos pequeñas estancias, con un banco tallado en la piedra, dos ventanas y un agujero en el techo para la salida de humo.

Y el tercero está ubicado en el Paraje de las Loberas, dirección a la Ermita de la Alegría. Tiene una sola habitación pero destaca en la puerta de entrada una hornacina y una preciosa cruz paté.

De ninguno de los tres eremitorios existe documentación, que nos pueda arrojar luz sobre nuestras hipótesis. Además, todo indica que con el tiempo fueron reutilizados para otros menesteres y por lo tanto  su fisonomía original ha cambiado bastante.

Las leyendas, la tradición oral y algunos escritores, se han encargado de asociarlos a bellas y misteriosas historias.

La Arqueopatrulla




El eremitorio que hay en las faldas del Castillo de Monzón, se le conoce popularmente como la  "Iglesieta del Castillo" o la "Cueva del Morrerón". Foto 2019





Está ubicado en un conjunto pétreo en la ladera sur del castillo templario. Foto 2019




En su interior existen cuatro habitáculos separados entre sí. Foto 2020




La hipótesis más repetida, según las marcas que existen en la pared, es que alguno de estos habitáculos pudiera haber albergado un altar. Foto 2020




David y Javier dentro de la cueva.  Foto 2020


Visita de Martín y Pelayo  a la cueva en 2014



Farid y Daisy en 2015


Duna en 2016



David, Javier y Daniel en 2020







Eremitorio de la Fuente del Saso. Foto 2018



Conocida como la cueva de la Fuente del Saso por estar a escasos cien metros de este  manantial.
La leyenda dice que el ermitaño le dijo a Jaime I que si mojaba su espada con agua de la Fuente del Saso, ganaría muchas batallas. Foto 2013


Cartel informativo de la cueva, que por cierto se encuentra en muy mal estado. Foto 2019





Farid en la parte superior de la cueva con el castillo al fondo. Foto 2013



Desde el mismo lugar de la foto anterior, David, Daniel y Javier durante la última visita en 2020.


En esta imagen se aprecia perfectamente la puerta de entrada, a mano izquierda y las dos ventanas circulares. Foto 2019



A los dos lados de la puerta de entrada se observan escaleras talladas para acceder a la parte superior del roquedo. Foto 2019


El agujero del centro corresponde a la salida de humos y en los laterales dos agujeros más pequeños, que podrían ser para colocar un sistema de protección y evitar que entrara el agua los días de lluvia al interior de la cueva. Foto 2019



Javier y David en el interior de la cueva miran por las ventanas. Foto 2020



Detrás de David se observa el banco tallado en la piedra que existe en el interior del eremitorio de la Fuente del Saso. Foto 2020 




Detalle del banco tallado. Una pena lo sucio y lleno de pintadas que está este precioso eremitorio. Foto 2019



Muchos detalles en las paredes de su interior. Se pueden observar diversas taquillas, mechinales y entalladuras. Foto 2020






El interior del eremitorio de la Fuente del Saso cuenta con dos habitaciones, cada una con su ventana circular, un banco de piedra y un agujero en el techo para la salida de humos. Foto 2020



En el paraje de las Loberas encontramos el tercer eremitorio, debajo de una gran plataforma de arenisca. Foto 2016




Esta cueva está compuesta por una sola habitación, pero llama la atención junto a la puerta de entrada una hornacina y una preciosa cruz paté. Foto 2016


Santi y David en una visita a la cueva realizada en 2018.



Primer plano de la cruz grabada. Foto 2018

Detalle de la hornacina que, perfectamente, se pudo emplear para colocar una imagen votiva o una estatuilla. Foto 2018 



David examina con detenimiento todos los detalles que nos ofrece este bonito eremitorio de Las Loberas. Foto 2019



El paraje de las Loberas en Monzón, donde se ubica este tercer eremitorio, es una zona  protegida por su interés paisajístico, geológico, arqueológico e histórico. Foto 2015