domingo, 14 de enero de 2018

EL PRINCIPIO DE LOS TIEMPOS "GEOLOGÍA DE BINACED"



Para conocer el terreno donde nos vamos a mover vale la pena echar mano de la publicación “Geología del Cinca Medio” cuyo autor es Manuel Buil Trigo, que resume en pocas palabras las características geológicas de la comarca, manifestando que es un territorio fronterizo entre la depresión del Ebro y el Pirineo y que esta zona conserva en sus rocas la historia de los últimos doscientos millones de años ya que sus fósiles, las estructuras sedimentarias y estructuras tectónicas constituyen un registro de los sucesos que han acaecido  desde la época de los dinosaurios hasta la actualidad.
La comarca del Cinca Medio presenta tres unidades naturales:

1- Las sierras subpirenaicas

Como la Carrodilla que llega a superar la altura de 800 metros. Estratigráficamente la zona se caracteriza por el afloramiento de rocas correspondientes al Mesozoico y Cenozoico inferior, es decir, los tiempos en los que se originó la cordillera pirenaica.
A lo largo del Mesozoico el actual Pirineo era un océano poco profundo comunicado con el Atlántico y con el mar de Tethys y presentaba un régimen tectónico distensivo.
Las enormes cantidades de sedimentos depositados en el mar pirenaico fueron comprimidas y elevadas que hicieron emerger los primeros relieves del actual Pirineo, y entre las sierras levantadas que fueron desplazadas más al sur se encuentra la sierra de Carrodilla.
Durante el Oligoceno tuvo lugar la elevación generalizada de la cordillera pirenaica. El mar se retiró definitivamente y los nuevos relieves comenzaron a ser desmantelados por la erosión.

2- La depresión del Ebro
Las unidades geológicas pertenecientes a la depresión del Ebro ocupan las zonas centro y sur de la comarca. Durante el Oligoceno (mediados del Cenozoico) la orogenia alpina prácticamente había concluido y la Península Ibérica comenzó a tener su actual configuración.
El Oligoceno está representado por arcillas, areniscas y yesos, y aflora en las zonas de Almunia de San Juan, Monzón, Ariéstolas y Cofita, zonas en las que las pendientes son suaves y las cotas no alcanzan los 500 metros.
En el sur de la comarca se encuentran las rocas más recientes de la depresión del Ebro. Se trata de arcillas y areniscas de edad miocena y, al no haber sufrido ningún episodio de compresión tectónica, se disponen en estratos horizontales. Su altitud media ronda los 300 metros y se extiende por los términos municipales de Binaced, Valcarca, Pueyo de Santa Cruz, Alfántega, Selgua, Conchel, Pomar de Cinca, Estiche, Santalecina, Albalate de Cinca y Alcolea de Cinca.
También existen algunos interesantes relieves de techo plano denominados planas o muelas, y los más pequeños, cerros testigo. Son buenos ejemplos los relieves tabulares situados al sur de Monzón, donde se asientan el castillo templario o la ermita de la Alegría y cuyas cotas coinciden con las de otras planas cercanas de La Litera o de Monegros.
Las planas del sur del Cinca Medio aún guardan otra sorpresa. En la cima de todas ellas existe una gruesa capa de gravas cementadas, de cantos rodados, que, de hecho, han servido de protección para las rocas miocenas que están bajo ellas y que son decididamente más blandas y, por tanto, más sensibles a la erosión. Las capas de cantos rodados son de edad pleistocena (un millón de años, aproximadamente) y constituyen las terrazas superiores y por tanto más antiguas del río Cinca.

3- Los dominios del río Cinca: el Cuaternario
No puede terminar una descripción geológica del Cinca Medio sin dedicar un capítulo especial al río que da nombre a la comarca. El Cinca atraviesa de norte a sur la zona siendo su auténtica espina dorsal, y su importancia no solo radica en ser el río más caudaloso de la provincia de Huesca, o en el inmenso valor ambiental, económico y cultural que posee, sino que además el río ha sido el principal agente moldeador del relieve de la comarca y el responsable directo del depósito de buena parte de las rocas más recientes que la cubren. Son destacables en el Cinca Medio dos morfologías características de modelado fluvial originadas por el Cinca: la llanura de inundación y las terrazas fluviales.

La llanura de inundación
Es frecuente que en los cursos medio y bajo, el cauce del río discurra en medio de una zona llana, más o menos extensa llamada llanura aluvial o llanura de inundación. Las llanuras aluviales corresponden a las zonas que inunda el río cuando experimenta una crecida, y en las que se depositan los sedimentos que acarreaba el río cuando las aguas vuelven a su cauce. Una llanura aluvial constituye por tanto una zona sometida a periódicos episodios de sedimentación y lixiviado, por lo que habitualmente se han utilizado para instalar los cultivos de regadío (vegas), y en las que tradicionalmente no se ha edificado, en previsión del riesgo de avenidas.
Las llanuras de inundación son también importantes porque constituyen el biotopo sobre el que se desarrollan los sotos o bosques de ribera. 
El Cinca posee una extensa llanura de inundación. Su vista desde Conchel resulta impresionante por su enormidad y magnífico grado de conservación del soto.


Llanura de inundación vista desde Conchel

Terrazas fluviales
La sedimentación fluvial, además, no es un proceso constante en el tiempo. Es evidente que pueden producirse cambios de tipo cíclico o estacional, de modo que en algunos lugares se sedimente en unas épocas del año y se erosione en otras. Sin embargo, la dinámica de un río puede verse drásticamente alterada por un cambio en el nivel de base (altura a la que se encuentra el cauce respecto al punto de desembocadura). Esta alteración puede deberse a una elevación o hundimiento de la zona que atraviesa el río, o a una subida o bajada del nivel del mar por un calentamiento o enfriamiento del clima en todo el planeta. Puede llegar entonces un periodo fuertemente erosivo en el que el río se encajará en un terreno en el que antes sedimentaba, y, con el tiempo, generar una nueva llanura de inundación unos cuantos metros más debajo de la original. Si este fenómeno se repite varias veces, el valle fluvial presentará a ambos lados del cauce una serie de escalones, más modernos cuanto más nos acerquemos al cauce: las terrazas fluviales.
Existen varios puntos en la comarca del Cinca Medio en los que pueden contemplarse las terrazas del Cinca. El más espectacular es un mirador situado cerca del km 28 de la carretera comarcal A-1236 de Monzón a Fonz.  Desde este cortado se puede contemplar el profundo valle excavado por el Cinca, así como las terrazas fluviales. En ellas se pueden encontrar todas las marcas de transporte y sedimentación fluvial (gravas, arenas, cantos rodados) excepto una: que por allí ya no pasa el río.

Terraza fluvial de Ariéstolas


Las situadas más lejos del cauce, como las que ocupan el techo de las planas cercanas a Monzón, llegan a estar 110 metros por encima del cauce actual y están datadas con una antigüedad de casi un millón de años.
Es interesante recordar, por último, que las del Cinca constituyen un buen ejemplo de terrazas asimétricas, ya que en la margen derecha del río no existen apenas terrazas, sino grandes cortados erosivos como las impresionantes ripas de Alcolea. El Cinca, por tanto, no solo se ha encajado 100 metros en la depresión del Ebro en el último millón de años, sino que se ha desplazado claramente hacia el oeste.

Por lo que podemos deducir con los promontorios existentes en Binaced alejados del actual cauce del Rio Cinca en cuya cima se encuentra sedimentación fluvial, que hace un millón de años un afluente o brazo del Rio Cinca discurría por nuestras localidad y concretamente por la gravera de Valcarca, el cerro de Brujas,  el Pino  y por el resto de promontorios que van dirección a Alcolea de Cinca.

Al fondo se aprecian las zonas más elevadas del Binaced por donde discurría el afluente del Río Cinca

Otro lugar donde se aprecia la terraza fluvial del Río Cinca es en Castejón del Puente


La terraza fluvial en Monzón también es espectacular


Detalle de sedimentación


Cerro La Parra en Binaced


Gravera de Valcarca


La Arqueopatrulla